Los pisos de cerámica, aportan elegancia y crean ambientes únicos y sofisticados, según sus aplicaciones y combinaciones. Sin embargo, si no se toman los cuidados adecuados, éstos pueden romperse o mancharse, pasando de ser elegantes a desastrosos.
Afortunadamente, el mantenimiento de estos pisos no es difícil. Tan sólo bastan unos minutos para garantizar su duración y buen aspecto.
Cuidado y mantenimiento de los pisos de cerámica
Una limpieza adecuada de los pisos de cerámica, se debe llevar a cabo con agua y un producto suave de limpieza, como un detergente neutro. No olvides enjuagar con abundante agua limpia.
Nunca utilices detergentes o limpiadores a base de aceite o de base jabonosa, ya que los opacan.
Ten en cuenta que la limpieza de tus cerámicos, será diferente según sus características y tipos, tales como textura, pulidos o sin pulir.
En el caso de que tenga textura, la limpieza es más complicada, ya que el polvo y la suciedad se queda en las hendiduras. En este caso se debe barrer en todas las direcciones para asegurarnos de retirar toda la suciedad. Luego se debe usar un detergente neutro y un cepillo de cerdas duras, para finalizar secando con un trapo.
Para limpiar los pisos pulidos, usa una trapeador seco para retirar el polvo. No se recomienda usar ningún tipo de escoba o cepillo ya que se puede dañar el esmalte del azulejo. Luego de barrer, usa agua con detergente neutro y limpia los azulejos con un trapo. Finaliza utilizando un paño limpio para secar el suelo y devolverle su brillo.
La cerámica es bastante común en baños o cocinas principalmente, aunque en los últimos años también se ha vuelto común en salas de estar y habitaciones. Este material permite infinidad de diseños y aplicaciones, y siempre se verá bien, siempre y cuando se mantengan limpias y brillantes.
Recuerda que las juntas y las esquinas siempre se ensucian mucho. Por eso, los cepillos de dientes pueden resultar muy útiles para limpiar esas áreas de difícil acceso.
Una solución rápida de limpieza, es utilizar una mezcla de vinagre, amoniaco y detergente. ¡Pero cuidado! Recuerda realizar una prueba previa en un área poco visible para asegurarte de no causar daños.
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